Son muchas las razones por las que Canarias es reconocida por sus vinos. La relación de las islas y este cultivo se extiende a lo largo de los años, creando una tradición única. Tanto es así que 6.757 hectáreas de las 8 islas están ocupadas por la producción de las viñas. Hoy te vamos a contar cómo ha surgido la tradición vitivinícola en Canarias.
Los orígenes de la viticultura en Canarias
La llegada de la vid a las Islas Canarias coincide casi con la llegada de los primeros colonos al archipiélago. El primer registro de una plantación de este producto se da en Fuerteventura, entre los años 1402 y 1412. Este viñedo recibe el nombre de Viña de Aníbal, nombre que proviene del hijo bastardo del conquistador Gadifer de La Salle. Mientras, en Tenerife, el primer cultivo fue plantado por el portugués Fernando de Castro, en el año 1497.
Las plantaciones fueron creciendo con los años. Y poco a poco fueron llegando a diferentes lugares del mundo. El hecho de que las islas fueran una de las últimas paradas antes de llegar a América propició que se establecieran diferentes comercios. Durante el siglo XVII Canarias vivió su época dorada con respecto al vino. En ese momento el comercio con Gran Bretaña estuvo en auge y el vino de Canarias fue utilizado como moneda de cambio. Llegó hasta tal punto que autores como Williams Shakespeare, nombran nuestros vinos en sus obras, reconociendo su calidad.
Plantaciones únicas en el mundo
Estas plantaciones fueron creciendo con el tiempo y perduran hasta nuestros días. Lo interesante de estas viñas es que son de las pocas del planeta que no han sido afectadas por la filoxera. Esta plaga proviene de Estados Unidos y se alimenta de las raíces y las hojas de las viñas. Durante el siglo XIX llegó a casi toda Europa, provocando que viñas muy antiguas murieran y se perdieran su tipo de cepa. Salvo en algunos puntos del planeta, entre ellos nuestras islas, dónde aún a día de hoy no se ha detectado la plaga.
Gracias a esto en Canarias se conservan más de 80 variedades de vid, muchas de ellas extinguidas en gran parte del mundo. Por esta razón las viñas centenarias de las Islas Canarias son únicas y muy apreciadas en todo el mundo. Son variedades que provienen de viñedos del siglo XV y que mantienen sus características.
Además, nuestros suelos de origen volcánico y nuestros climas crean un ambiente único, donde los viñedos desarrollan sabores diferenciados. Gracias a estas variaciones canarias cuenta con esta gran variedad de vinos.
Parte de la cultura canaria
Desde ese momento el cultivo de las viñas fue proliferando en las islas. Y pasó a ser una parte muy importante de la identidad canaria. Muchas de nuestras tradiciones son acompañadas por el vino, creando una simbiosis entre el pueblo canario y estos cultivos. Existen numerosas celebraciones que son acompañadas por esta bebida. Mientras que la vendimia cobra una gran importancia, convirtiéndose en una celebración familiar e incluso se llegan a crear los conocidos guachinches para poder vender los vinos.